Neurosis urbana, strees, alienación y depresión post viaje.

Medianeras
Brillante película urbana: Medianeras


Advertencia

Aquí viene un post más académico-bajonero-spinettiano, que viajero. Abstenerse de leerlo si no les interesa la sociología y psicología. Lo que quería era hacer una breve reflexión sobre la locura de las ciudades, y el alivio que me produce salir a respirar aire cuando me voy de viaje o mis otros métodos para respirar.

Vivir con la irrupción de ruidos, las aglomeraciones, la invasión del espacio personal, las dificultades para circular, los apuros, el aislamiento emocional en medio de multitudes y la falta de ámbitos naturales relajantes es un pésimo factor de riesgo para todo el abecedario psicopatológico. Desde la depresión hasta las múltiples variantes de los trastornos de ansiedad se multiplican en las ciudades, en proporción directa con el nivel de urbanización.  (Diario La Nación, Argentina)
Empecemos por la angustia post viaje.

El terrible bajón que nos agarra inmediatamente después de volver de un viaje solo se remedia con la búsqueda de nuevos posibles viajes en el futuro. Son como una droga difícil de dejar. Y mucho más si el viaje es lo suficientemente largo.

BONUS: Podemos retroceder un poco y filosofar sobre que es lo que nos hace viajar: Acá les hablo un poco de eso. 

Cuando volví de algunos viajes estaba retraído, serio, sin poder entender lo que había a mi alrededor.

Después por lo general consigo un trabajo que me da plata, y empiezo mi proceso de alienación. Durante las 2 horas que viajo en el tren solo soy un número más dentro de una masa de gente trasladándose de un lugar a otro.

Casi ninguno se mira, todos están absortos en sus auriculares, libros o agachando la cabeza. De vez en cuando la alegría de una persona, las miradas de otras, o la belleza de otras nos sacan del anonimato y volvemos a ser personas que sentimos cosas.

Durante las 8 horas que estoy en mi trabajo administrativo de oficina soy menos que un ente. Tengo que saludar a la gente por respeto, chequear mails, hacer lo que dice mi jefe, tratar de no llamar la atención durante 8 horas, y permanecer en una silla enfrente de mi computadora, y transcurridas 8 interminables horas, me dejan salir de la cárcel capitalista para poder volver a mi casa.

Este tipo de enfermedades silenciosas son de las más difíciles de llevar, porque nadie se lo toma en serio hasta que ya es demasiado tarde. Les comparto este artículo muy  interesante de Código Nuevo: 

http://www.codigonuevo.com/mileniales/vida-persona-depresion

Así durante 5 días de la semana. Es eso, o algo que me guste pero que no me dé nada de plata, ni obra social ni todo arregladito para tener mi futuro jubilatorio asegurado. Quiero irme pero no lo logro. Odio mi conformismo y mi imposibilidad de salir de esta caja llena de somníferos que no me deja revelarme. Este inconformismo y estos trastornos urbanos ya me hicieron pelearme con varios acá en el trabajo, con amigos, con familiares y con jugadores de básquet mientras juego, porque los partidos funcionan como descarga de energía de todo tipo.
Cuando llego a casa hay siempre alguna fija; o me tiro en la cama y no puedo levantarme (depresión), o me agarra un dolor de cabeza que me obliga a tomar 2 cafiaspirina plus y tirarme en la cama hasta el otro día, o llego tenso y rompo lo primero que tengo a mano.
Mientras transcurro busco aire para respirar pero no lo encuentro, busco una salida al laberinto laboral y sigo dando las mismas vueltas por el centro del laberinto que se empecina en cambiar las reglas y los caminos en todo momento.

«Los que no pueden más se van».

Viernes, 3 am. Charly García

Los viajes son mi O2 en medio de tanto CO2. Funcionan como un estimulante natural de mi sistema nervioso, me elimina los dolores de cabeza por tener mi cabeza presionaba y comprimida entre tanto cemento. Los viajes me dan vida.

Y si no puedo viajar, tengo ese momento en que llego al equipo de música, busco un bueno disco, me desplomo en mi sofá, escucho al capitán Beto y empiezo a florecer nuevamente gracias al gran Luis Alberto.

Quedandote o yéndote. Luis Alberto Spinetta

Y deberás plantar
y ver así a la flor nacer
y deberás crear
si quieres ver a tu tierra en paz
el sol empuja con su luz
el cielo brilla renovando la vida
y deberás amar
amar, amar hasta morir
y deberás crecer
sabiendo reír y llorar
la lluvia borra la maldad
y lava todas las heridas de tu alma
de tí saldrá la luz
tan sólo así serás feliz
y deberás luchar
si quieres descubrir la fe
la lluvia borra la maldad
y lava todas las heridas de tu alma
este agua lleva en sí
la fuerza del fuego
la voz que responde por tí
por mí…
y esto será siempre así
quedándote o yéndote.

3 Comentarios

  1. Identificadísima con eso de la música. Llegar tarde a casa, poner la alarma para el día siguiente y ponerle play a la lista de reproducción del flaco mientras caigo cual pluma en mi hamaca paraguaya

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  2. Pingback: Filosofía viajera

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