Viaje a Hungría

Mágica Budapest

«Cheguei o rosto a janela, estava tudo nublado, a pílula fazía efeito. Cuando se abriu um buraco nas nuvens, me pareceu que sobrevoávamos Budapeste, cortada por um río. O Danubio, pensei, era o Danubio mas nao era azul, era amarelo, a cidade toda era amarela, os telhados, o asfalto, os parques, engracado isso, uma cidade amarela, eu pensava que Budapeste fosse cinzenta, mas Budapeste era amarela.»

Budapeste, Chico Buarque.

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Enamora a con la primera vista

Sabía que Budapest me iba a encantar mucho antes de llegar a la ciudad. Quizás como había leído el libro de Chico Buarque (Budapeste, se los recomiendo!) me había hecho una idea de lo que podía llegar a encontrarme; o quizás como hace poco había visto «El gran Hotel Budapest» me había sumado muchos preconceptos positivos que le daban la garantía de unos días para maravillarme.

Budapest es un símbolo de la Europa central, es una ciudad hermosa, tiene a mi gusto las mujeres más lindas que he visto en toda Europa, y tiene unas construcciones entrañables, que con  el Danubio en el medio de la ciudad, la hace aún más fotogénica de lo que es.

Historia dura de ciudad permanentemente conquistada

Fue muchas veces conquistada y vuelta a reconquistar por Mongoles, romanos, otomanos, y soviéticos, y en cada paso estas culturas dejaron alguna marca en el habla, en sus genes,  en la gastronomía, o en su cultura. Y Budapest es una mezcla de todo eso.

May y yo llegamos a la estación de trenes y el primer contacto con la ciudad fue medio chocante. Subimos al bondi que nos habían dicho que tomemos y yo quería pagar mi boleto en euros hablándole en inglés al conductor, y ni el conductor del bondi sabía inglés, ni me servían los euros para pagar, porque en Budapest se usan Florines. Después de una serie de comunicaciones gestuales el tipo me dejó pasar sin pagar, y yo supe que en esa ciudad las comunicaciones iban a ser diferentes que en Italia y Austria, de dónde veníamos. Además, por lo que me habían contado, a veces es difícil entender la forma de ser (y entenderlos al hablar también), por lo que la comunicación y la compenetración con los húngaros podía llegar a ser difícil. Por suerte casi nada de eso pasó, ya que quedé enamorado de su ciudad y la gente. Muchos parecen cerrados, pero también cuando uno rompe el caparazón ya se comienza a abrir y hacerse querer.

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Budapest heredó mucho de la cultura rusa.

Pasado sovietico y gastronomía turca

Eso lo pueden saber rápido viendo que en las tiendas de souvenirs ofrecen las mamuskas y muchas cosas típicamente rusas. En cambio, la comida la heredaron más de Turquía, porque el plato o comida típica es la sopa de Goulash. La belleza de la ciudad y de las mujeres no la heredaron de nadie creo, sino que es la mezcla de todas las culturas que lo hicieron.

Lajos fue nuestro anfitrión que contactamos por airbnb. Nunca lo habíamos usado, pero lo usamos por todo este viaje y la experiencia fue super gratificante. Nos alojábamos en casas o departamentos de gente del lugar, pero también manteníamos nuestra intimidad porque buscábamos habitaciones privadas.

La casa de Lajos era como muchas otras en Europa; la fachada era muy antigua, pero sazafa, Cuando entrabas a la primera puerta, parecía que eran departamentos destruídos, todo venidos abajo. Por las escaleras también lo confirmábamos; todo bastante decadente. Pero cuando llegamos al interior del depto, por suerte todo esta como nuevo, todo restaurado y limpio. Eso es lo que son los deptos en Europa; Viejos por fuera, nuevos por dentro. 

Free walking tour por la ciudad

Caminamos con May haciendo el free walking tour y aprendimos mucho de la ciudad, su historia, su cultura y la forma de ser de los húngaros. La ciudad tiene construcciones entrañables. Tiene la segunda red de metro más antígua del mundo, después de la de Londres.  El clima del lugar no es el más benigno del mundo, pero por fines de mayo el clima era muy agradable para recorrer y caminar toda la ciudad. Y también había como en muchos lugares de Europa las bicis para alquilar por todos lados. Me podía hacer una idea de lo frío que debe ser el lugar. El chico húngaro que hablaba español y nos hacía de guía nos contaba que este último año solo hubo dos semanas con temperaturas de – 8 grados bajo cero, pero que después estuvo mejor. Menos mal…  además en los barcitos con mesitas a la calle(en las terrazas que le dicen los españoles), hay mantas para protegerse del frío. Podrá hacer mucho frío, pero es gustito de tomarse o comerse algo en las mesas de afuera del bar se lo siguen dando…

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El Castillo de Buda frente al Danubio es una imagen hermosa para contemplar al atardecer con un vinito y en buena compañía.

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Los baños termales de Széchenyi son una excelente opción para relajarse, conocer  un lugar tanto para húngaros como para turistas, y pasar un momento de relax.

Termas de Azechenyi

Por momentos parecía medio bizarro estar al lado de muchas personas mayores curándose el reuma, o viejos jugando al ajedrez en la pileta, pero ya después se disfrutaba. En algunas piletas había como un olor raro (yo rogaba que no fuera pipi de persona mayor) como a remedio, pero en otras se estaba muy bien! En la pile de afuera era como de 38 grados y estaba muy agradable para contrarrestar la mañana fresquita que habíamos tenido. Y si pueden vayan los baños turcos que son lo mejor para mejorar la respiración y eliminar toxinas.

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Después de unos días maravillosos por Budapest nos llegaba la tarde y noche despedida. Primero fuimos a dar una vuelta por el Danubio mientras veíamos el sol caer, y después a por una cerveza y una sopa Goulash en un bar buena onda de por ahí cerca del depto donde nos alojábamos.

Eso es otro ideal de felicidad en mis viajes; Lo que más me gusta hacer en cada ciudad que voy, es justamente hacer nada; sentarme en una plaza o la vera de un río, y disfrutar ver la gente pasar, ver el río pasar, ver la vida pasar.

Atardecer junto al Danubio

Y en Budapest, el mejor plan para cada atardecer es el que vimos que hacían algún grupo de amigos y parejas; llevarse unas copitas, un vinito, buscarse un lugar estratégico donde contemplar el atardecer, ver el río, el puente, y el Castillo de Buda, y disfrutar de una buena charla con la persona que estés en ese momento.

Vos, yo, este paisaje, un puente,  y 5 euros para unos tragos frente al río; ­Qué más podemos pedir?

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3 Comentarios

    1. Es realmente bella, tal cual! Tiene el encanto de una ciudad pequeña, pero mucha historia por detrás, y todavía no esta tan contaminada de turistas como Praga por ejemplo. Una perlita dentro de Europa.

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