Ondas. Olas. Curvas en el mar. Curvas. No sé a ustedes, pero a mí el movimiento favorito de la naturaleza que más me fascina es el de una ola de mar.
Las olas son ondulaciones que se forman cuando el viento agita las aguas de los mares y los océanos. Me pasaría horas mirando las olas del mar como se renuevan, como se comienzan a formar, como se desarrollan, como se transforman en algo tan efímero como increíble.
Supongo que serán las curvas lo que me atrae de las olas, porque ver un lago quieto no me mueve mucho…
(Nota: Si tienen un ordenador (computer, computadora) con buena internet, les recomiendo que pongan la música de «Oceans» de fondo, que es el link del video de youtbe de abajo de todo del post, para escuchar mientras leen el post). Es muy bella y habla de las olas.
La ola trasmite energía, retroalimentación, tensión, es un juego con la gravedad.
Una vez formada la ola, esta ya no depende del viento, sino se su propia gravedad que la hace caer formando el movimiento tan característico que todos conocemos, y que los surfers tanto necesitan. El choque de las olas con la playa es el movimiento más hermoso que el mar puede ofrecer.
Primero el horizonte es solo una línea; después la línea va tomando forma ondulada, y cada vez más pronunciada. Poco después llega el mejor momento; la onda es demasiado grande, y debe romperse hacia la costa, y es ahí donde los surfers toman la ola, y se producen esos segundos de adrenalina entre la ola y el surfer con la tabla.
FUSIÓN
Pero no solo son esas curvas las que provocan fascinación en la naturaleza, sino que esa belleza se potencia cuando las curvas de mar, se fusionan con las curvas de una mujer, para crear lo que todos conocemos como una surfer girl. Las curvas de las mujeres vistas por el hombre se suelen relacionar con la salud y la fertilidad, es por eso que el hombre se siente atraído hacia ellas. Cuando esas curvas de mujer se fusionan con las ondas de mar, crean un paisaje de una belleza única. Si considero que el cuerpo de una mujer es una de las más bellas figuras de apreciar, su fusión con el deporte, el sol, la playa, y la naturaleza no pueden menos que exponenciar esa figura. La naturaleza es sabia.
Solo el ver la tabla en el mar junto a una chica encima es lo más parecido que encuentro a una obra de arte en un museo de España. Ellas son como sirenas atravesando mares, valientes, atrevidas, y modelos del mundo marino.
Estaba en Pipa y con la tarde libre me dispuse simplemente a mirar el mar y los chicos haciendo surf. Habría unos 20 chicos haciendo surf ahí en Praia do amor, pero entre esos 20 había dos chicas con un coraje mágico para afrontar a la madre naturaleza. Claro está que los hombres también tomaban las olas de una forma magnífica, y muchos hacían unas piruetas en el aire como si fueran acróbatas o gimnastas. Pero ver una chica surfeando una ola es diferente, es mucho más sutil, sus movimientos son finos, pero a la vez mezcla una fuerza envidiable para tomar la ola, con la fuerza que le da la belleza femenina, con sus movimientos sutiles, y con su tenacidad constante para no darse nunca por vencida.
En el cuerpo perfectamente moldeado se les notan las olas de surf.
Las dos chicas se metieron al agua con su bikini roja y negra, sin miedo a que ninguna ola siquiera le corra la bikini. Ellas en el agua parecían tan fuertes como los chicos que corrían olas a su alrededor; se movían en el agua con la misma gracia que habíamos visto moverse a los delfines en la Bahía de los Golfinhos, la playa que esta del otro lado de Pipa. Iban y venían en el mar buscando olas como si estuvieran bailando un vals en el medio de una pista de baile. Tomaban una ola a toda velocidad, y a la hora de volver usaban esa magia que caracterizan a las mujeres para encantar con solo desplazarse.
Ellas son bellas casi sin quererlo. El pelo teñido por el sol y la parafina las hace rubias a casi todas. A simple vista parecen tener un cuerpo frágil, pero cuando se acercan se notan los músculos como a todo deportista dedicado a su actividad. Mis respetos y admiración a esas chicas. Además, por más que ellas no lo quieran, todos los demás surfistas a su alrededor las cuidan como doncellas, porque dentro del mar también hay códigos como en todas partes, y no es que suene feminista, sino que por una cuestión de caballerosidad, el hombre debe cuidar a la mujer, en la tierra como en el mar.
Por eso quería hacer este post sobre estas heroínas de la naturaleza, mezcla de sirenas y deportistas, que llenan tanto de gracia las playas donde hay surf.
Ellas no son solo una cara bonita; ellas son fuertes, tienen coraje, son perseverantes, batallan las olas como Juana de Arco en plena guerra, y después de toda esa danza con el mar, tiene el atrevimiento de mostrar esta sonrisa:
You don’t have to stray
Tho oceans away
Waves roll in my thoughts
Hold tight the ring…
The sea will rise…
Please stand by the shore…
Oh, oh, oh, I will be…
I will be there once more…Oceans, Pearl Jam
No tenés que descarriarte
Fuera de los océanos
Las olas rompen en mis pensamientos
Sostene fuerte el anillo…
El mar va a crecer…
Por favor quédate en la playa…
Oh, oh, oh, voy a estar ahí
Voy a estar ahí una vez mas.
De yapa les dejo un mapa con las mejores olas en el mundo!