Viaje a Bariloche

La Bariloche no turistica

 Este post bien podría abarcar los mejores destinos para visitar en Bariloche, o el circuito cervecero tan en boga en la actualidad gracias al auge de las cervezas artesanales, o también los mejores lugares para esquiar, para ir de paseo, o para comprar Chocolates. Nada de todo esto tendrá este relato, porque no hice casi nada de eso, entonces no tendría la forma de contarlo.  Para info turística posta, les paso el link de mi amiga que es experta en turismo y te cuenta perfectamente lo que no te tenés que perder de Bariloche. Este es el link del post de Flor, de viaje y descubra.

 Mis días en Bariloche pasaron en la casita que tienen Manu y Yami en el medio del bosque, a pasos de la Ruta Nacional 40, y a unos minutos del Lago Gutierrez. Yami es mi amiga y compañera de la facultad de filo, estudiamos geografía juntos, y ahora vive allá. Manu es rionegrino y estudió biología, y es becario del Conicet, luchándola para seguir teniendo la beca con un doctorado y post doctorado encima. Juntos la vienen remando para sacar la casita adelante. Tienen un Renault 6 que los lleva a donde sea, aunque ahora justo estaba parado.

Yami y Manu tienen 4 compañeros fieles; Chiro y Uva, perrro y perra, y Fidel y Niem, gato y gata. Los 6 habitan una hermosa casita en el medio del bosque, un sueño hecho realidad para muchos de los que estamos hartos de vivir en una ciudad que chorrea grasa y necesitamos ese aire que solo dan los pueblitos alejados de las grandes urbes.

Por momentos yo pensaba que solo el mar me gustaba para vivir, pero vivir cerca de un río o de un Lago también me gusta mucho como una opción de vida lejos del stress urbano.

Barrio Los Coihues o por ahí cerca

Por donde viven Manu y Yami no hay mucha frecuencia de buses, por lo que o tienen que caminar hasta el próximo pueblo para tomarse un bus, o tienen que hacer dedo, algo cotidiano para muchos por ahí por la ausencia de transporte público frecuente.

Para ir a la cascada de los duendes una chica me llevó con su auto hasta el acceso al barrio Los Coihues. Disfruté un poco de la naturaleza y después me colgué un poco por el Lago Gutierrez. La vuelta fue toda caminando, unos 6 km pongamos.

Bariloche ya no es chico. Creció, y junto al crecimiento de la ciudad, otros temas vinieron acompañando el crecimiento poblacional, como son los problemas ambientales, el uso de la leña, la infraestructura para aguantar el crecimiento, y otros temas más sociales, como lo son el reconocimiento de las comunidades mapuches, la ciudad y sus perros, los hippies y sus trabajos artesanales, y el crecimiento de una ciudad que por momentos parece que se tratara de dos mundos diferentes. Según con quien hables, la percepción de lo que pasa en Bariloche puede ser totalmente diferente. Algunos le llaman “la grieta” en mi país.

Por estos días de noviembre a las 9 de la noche recién estaba empezando a atardecer, por lo que era un pecado no quedarse a festejar el sabor del encuentro en alguna cervecería del centro de Bariloche. Hay muchas opciones y muy variadas posibilidades, pero nosotros fuimos a parar a Wesley, con una vista envidiable por estar en pleno centro cívico, pero sobre una loma que permite ver el lago. 

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 Para más opciones vean este link de las 10 mejores cervecerías

También me quedé una noche en el centro Cívico y fui a Kutral, re buena onda, buena cerveza (Blest), y buenas pizzas y empanadas.

Esta es la info que tenes que saber de la cervecería Kutral

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Yami fue una excelente anfitriona, y me hizo conocer alguna de las playitas donde uno puede descansar tranquilo al lado de los lagos del sur. Primero fue el Lago Gutierrez, junto a Chiro y Uva, sus perros. Y otro día nos fuimos para el Lago Moreno, a la playita del viento, que cuando llegamos el lago estaba totalmente planchado y me pareció un paraíso por estar rodeado de montañas por todos lados.  Después llegó Manu, el novio de Yami, y después llegó Anabella, otra geógrafa trotamundo que eligió a Bariloche para descansar de sus vueltas al mundo. Yami volvía al centro, y Manu yo teníamos que volver a la casita del bosque.

Primero Ana nos acercó hasta la parada de un bus (se puede pagar con SUBE). Después el bus nos acercó hasta un cruce, de ese cruce hicimos dedo y una persona nos acercó a otro cruce. De ahí hicimos dedo otra vez y otra persona nos acercó a la entrada del barrio Los Coíhues, y de ahí hicimos dedo y nos dejaron a un par de cuadras de la casa. 4 autos diferentes y un bus nos acercaron. Muy sencillo y muy social la vuelta a casa.

 Para seguir festejando el sabor del encuentro salió una parrillada vegetariana porque la noche estaba hermosa (y porque mentir, también tiramos un pedazo de carne para los carnívoros). Tanto para la parrillada, como para calentar la casa y para cocinar, ellos usan generalmente leña, ramas que juntan del bosque, y troncos que fueron cortando de arboles caídos y tienen de reserva. La red de gas todavía no llegó y la garrafa no es tan económica para usarla siempre. 

 En los ratos de mateadas con Yami, o de cervezas con Manu, me contaban un poco de la casa que fue hecha gracias al plan Procrear, y de lo que todavía les queda por hacer. Les prometieron una red de luz como se debe, pero por ahora solo tienen una toma de energía eléctrica provisoria que no tiene ni siquiera la tensión para que una heladera aguante prendida como se debe. Así que la siguen luchando. El barrio recién comienza a poblarse, y todavía no cuentan con muchos mercados cerca, así que deben tener provisiones siempre, sino es difícil ir a comprar cosas a último momento por ahí cerca. Pero gracias al esfuerzo tienen la casa con la que muchos sueñan, y encima en el medio de los árboles y montañas.

Lo que hicieron y está buenísimo es una huertita con invernadero, para poder producir algunos alimentos propios, como acelga, tomates, arvejas y condimentos como orégano y otros.

 Después de casi 10 días me despedía de Bariloche, y como no podía ser de otra manera, hicimos dedo y al cabo de 5 minutos un buen vecino nos ofreció alcanzarnos hasta la ciudad.

Info de buses: 

  • Solo se paga con la SUBE, se puede comprar en los kioscos por 30 pesos aprox. 
  • El 72 es el que va al Aeropuerto. 
  • Casi todos los bondis pasan por la calle Moreno/San Martín. El 20 y 21 van a bocha de lugares, incluyendo la terminal de buses. El 50 también te deja en un montón de lugares copados. Para más información preguntarle a alguien ahí mismo que seguro sabe más que yo. Por lo general la gente de los kiosquitos saben de todo. Inclusive tienen los horarios de los buses. Y si no me equivoco, también debe haber una aplicación para los celus porque una chica cuando le pregunté por un bondi sacó el celu y me dijo:- En 8 minutos viene tu bus. 

Me volví a Baires con esa felicidad de haber respirado aire fresco por unos cuantos días. Espero que me aguante ese aire hasta una próxima escapada.

Para que entiendan más o menos de los lugares de los que les estaba hablando, pueden ver este mapita hecho para la ocasión: 

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