Un RANCHO frente al mar

Vamos a ser sinceros; todos quisiéramos un ranchito frente al mar. Por lo menos ese es mi sueño. Levantarme temprano, alzar la vista y ver en el horizonte el color del mar. Bajar a desayunar un café con tostadas, comer algo energético y salir para la playa a ver el mar. 

 Estuve pocos días por Chapadmalal pero me sirvieron para hacer todo lo que me gusta; un poco de yoga, un poco de running y a pesar de que no fui yo quien hizo surf, pude contemplar y sentir lo que sienten los surfers junto al mar porque la mayoría de los que se hospedaban en RANCHO tenían su tabla para surfear.

Estuve 4 días en un hostel de Chapa llamado RANCHO, a pocos kilómetros del pueblo y a unos 100 metros del mar.  Este hospedaje abrió sus puertas hace muy poco, en noviembre de 2019. Es el hospedaje hermano de Casa del mar, el hostel de playa grande de Mar del Plata a cargo de Pepe y Pedro. Esta casa también la manejan ellos, pero acá redoblaron la apuesta en cuanto a la estética, las comodidades y  el estilo del lugar.  Es un lugar imponente, tipo casona familiar y que te dan ganas de quedarte por días y días.  Juntos ellos dos tienen estos dos hostels pero a la vez son los creadores de  una comunidad creativa que a la vez es productora de contenidos y que la bautizaron como AFT; Amantes del fin de la tarde.

Mas que una producto, AFT invita a un estilo de vida en comunidad con la playa, el mar y la naturaleza, y de esta forma nos invitan a cuidar el ambiente costero a traves de su instagram;

La combinación de la fuerza  y buena onda de Pepe con la creatividad artística de Pedro dan un resultado inmejorable. Además sus parejas hacen potenciar el producto. Tee, la pareja de Pedro,  da clases de yoga a menudo en los hospedajes y contagia buena onda y energía con solo tenerla cerca. Lila, la pareja de Pepe, hace fotos y se dedica a la parte visual y comunicacional de la comunidad.

Pedro y Pepe, los artífices de AFT, amantes del fin de la tarde.

Pero sin duda el gran éxito de este Rancho está en las buenas vibraciones que se contagian en esta casa frente al mar. Al ser un estilo hostel (aunque también tiene habitaciones privadas), todos suelen comer juntos, se comparten experiencias entre unos y otros, y siempre se terminan conociendo nuevas personas que hacen una estadía mucho más agradable y placentera. Sin duda la energía positiva se contagia en esa casa.

El mar está cruzando la ruta que une Mar del Plata con Miramar. Es una playa de acantilados en principio rara, pero terriblemente fotogénica y para todos los gustos. Si lo que se quiere es más arena y playa, basta hacer 100 metros para ir al balneario de Cruz del sur. Si uno quiere una playa más linda y más concurrida aún, Luna Roja está a unos 2 kilometros al norte. Y si uno quiere estar más tranquilo, la mejor opción es la playita que está justo enfrente de rancho, muy pequeña, con poca gente y con los acantilados acompañando el paisaje.

YOGA y BRUNCH

Uno de los días que estuve Tee nos dio una clase de yoga. Ella nació en California, es de padres argentinos y habla un español perfecto pero con un acento diferente que la hace muy particular. Después de la clase nos quedamos tomando un Brunch entre todos los que tomamos la clase. Era justo lo que necesitaba; un poco de relajación y delicias nutritivas.

Tee da clases de yoga en el hostel

SURF y BEACH

Estar cerca del mar es sinónimo de surf. Me gustaba la idea de volver a tomar alguna clase,  pero como no termino de confiar en mi hombro no me quise arriesgar y preferí ver a los chicos que hacían. Ver el mar me relaja, me distrae, por el tiempo en que estoy mirando el océano solo pienso en el agua y esas personas con sus tablas. Me compenetro con ellos y trato de hacer fuerza con ellos para que traten de agarrar la ola que se les está a punto de escapar. Festejo si la pueden agarrar y se me dibuja una sonrisa en la cara cuando veo la sensación de ese chico que esta sobre la tabla e intenta dominar la ola. Es una sensación de adrenalina y a la vez de paz.  Tee me contaba que ella prefiere un longboard para subirse a la ola y disfrutar de esa sensación de paz sobre el mar. La entendí perfectamente.

TIERRA Y RUNNING

Soy un chico urbano, pero me di cuenta que amo corre sobre un camino no asfaltado y que las zapatillas terminen completamente llenas de tierra. RANCHO está a unos 3 km del pueblo de Chapa, asi que los 4 días que estuve me propuse hacer una corrida de 6 km, hasta el pueblo y volver, todo por el camino de tierra paralelo a la ruta. Como eran subidas y bajadas a veces tocaba esforzarse más, y en las bajadas aceleraba el ritmo para ver mis piernas moverse a un ritmo mucho más veloz que mi promedio. Correr también me provoca esa sensación de paz que tanto me despeja la cabeza. Son sensaciones de plenitud, de esfuerzo, de alegría y de reflexión. Correr es el perfecto complemento entre el mar, la playa, el yoga, las relaciones sociales y mis cortas vacaciones.

Recorrido típico diario entre caminos de tierra, subidas y bajadas.

Si están cansados de la urbe y del calor y tienen algunos días libres les recomiendo mucho una escapada al mar para liberar tensiones. El mar sana, relaja, estimula. Y si me piden recomendación de a donde ir, Rancho, en Chapa, es una fija para los amantes del yoga, del surf, de la playa y del fin de la tarde.

Si se quedaron con ganas de saber un poco más de este lugar, acá les va un pequeño video que hice por esos días:

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